El miedo está presente en muchísimos perros, es un problema muy común, que a menudo es provocado por las personas que lo rodean. Cualquier perro puede tener miedo a cualquier cosa, o si no lo tiene ahora puede aparecer posteriormente. Los miedos más frecuentes son:
- Miedo a petardos u otro tipo de ruidos.
- Miedo al agua.
- Miedo a otros perros o animales de otras especies.
- Miedo a personas.
- Miedo a todo e inseguridad generalizada.
Un perro puede tener miedo e inseguridad por muchos motivos, los más usuales son:
- Separación prematura de la madre.
- Circunstancias en la gestación.
- Malas experiencias en los periodos de su vida sensibles al miedo.
- Asociación negativa.
- Falta o exceso de sociabilización.
- Mala utilización de la correa.
- Castigo.
- Sobreprotección.
- Ataques.
Algunas de las causas anteriores son provocadas por las personas que conviven con ellos, o por motivos circunstanciales, y otras causas son genéticas. En todo caso es importante prevenir su aparición. El miedo se puede crear en un momento, pero curarlo siempre va a ser mucho más lento y difícil que haberlo prevenido.

En un cachorro o un perro adolescente, hay que empezar a hacer las cosas bien trabajando a tiempo la prevención del miedo mediante la exposición progresiva a todo tipo de experiencias de forma suave, sin sobrepasarle para no traumatizarle. Tanto el perro como su familia lo agradecerán toda la vida.
Si el perro ya ha desarrollado algún tipo de miedo, lo más adecuado es consultar a un profesional en comportamiento canino, que establecerá una adecuada terapia de desensibilización. Un tratamiento del miedo sin consultar a un profesional, mal hecho o forzado, conlleva una inundación psicológica del perro y el agravio del trauma.
Un perro sin miedo es un perro feliz.