Cuando un perro cambia de casa, el principal reto al que se enfrenta es la adaptación a la nueva vivienda, a los componentes de la nueva familia, y a las rutinas de su nueva vida. Un perro no lleva nada bien los cambios, y necesita tiempo para adaptarse. Cambios de este nivel generarán mucho estrés.
La adaptación se realizará de forma progresiva, y para que el perro esté completamente adaptado necesitará hasta en torno a 3 meses. Mientras tanto, desde el primer día podrían aparecer conductas no deseadas debidas al alto nivel de estrés, como ladrar, mearse, cagarse, romper cosas, falta de interés social, etc. Esto no son problemas de conducta, sino signos de estrés por el cambio de casa.
No hay que alarmarse, porque no son problemas de conducta, y en cuanto el animal se vaya adaptando, deberían ir desapareciendo progresivamente.
